14 de abril de 2013

Donde el Mar de Tasmania y el Océano Pacífico se dan la mano. Cape Reinga.

Si un año antes hubiera pensado donde estaría al año siguiente el día de mi cumpleaños, hubiera dicho cualquier sitio menos Nueva Zelanda. Pero aquel 27 de marzo allí estaba. Más concretamente en Cape Reinga, casi en su punto más occidental, casi en el punto más al norte de la isla norte.

Como la noche anterior la pasamos por las inmediaciones y nos quedamos justo donde acaba la autovía SH1, recorrimos muy pocos metros antes de que comenzara la carretera de grava de unos 19 o 20 kilómetros que te lleva directamente hasta allí. Aparcamos y a pie hicimos el recorrido que lleva hasta el faro, mientras íbamos leyendo en diferentes trozos de madera y hierro la historia y el significado que este trozo de tierra tiene en la cultura maorí.

Y es que este es un lugar que además de sus peculiaridades geográficas, separa el Mar de Tasmania y el Océano Pacífico, cuenta con un gran sentido espiritual para la cultura maorí. Es allí donde las almas de los muertos hacen su camino antes de pasar definitivamente al siguiente mundo. En maorí "Reinga" significa inframundo y cuentan que las almas de sus difuntos salen desde el árbol Pohutukawa, de 800 años, hacia Cape Reinga llevados por el aire, para empezar así su camino de vuelta al lugar donde descansarán en paz. En su hogar de Hawaiiki

Faro en Cape Reinga. Nueva Zelanda.


Como no pasamos la noche en ningún camping y no teníamos las baterías de las cámaras cargadas (el por qué no llevábamos cargadores en la furgoneta merecería una entrada aparte...) sólo pudimos hacer fotos con la cámara del móvil. Por un lado fue una pena no poder hacer mejores fotos, pero por otro, este lugar tenía algo que ya el simple hecho de estar allí, era suficiente.

            
Los remolinos que se forman justo donde se produce el choque de las corrientes (a la izquierda la del Mar de Tasmania y a la derecha, la del Océano Pacífico) y que se pueden ver en la foto de arriba, para los maoríes son similares a  la estela que va dejando atrás una canoa en movimiento. Es como si bailaran. Para ellos esto representa la unión de hombre y mujer y la creación de la vida. Es como una especie de danza del amor. Ni Shakespeare lo hubiera contado más bonito...jeje ;)


Cape Reinga. Al fondo las dunas de la Ninety Mile Beach.


















De allí, y sin mucho tiempo que perder, nos acercamos hasta la Ninety Mile Beach. Una playa que de nuevo e igual que pasaba en Australia en Fraser Island, no tiene 90 millas de largo sino unas 55. Bañada por el Mar de Tasmania cuenta con fuertes corrientes y está rodeada de numerosas dunas, en donde se puede hacer sandboarding. Había carteles que te advertían del peligro de conducir por esa playa y por supuesto de bañarte. De hecho, conducir por allí está totalmente prohibido por las compañías de alquiler a menos que tengas un seguro hecho a propósito para eso. Así que nosotros nos dimos una vuelta andando y comimos algo dentro de la furgoneta antes de seguir nuestro camino.

Nos esperaba un día muy largo, y es que desde allí no te queda otra que deshacer todo el camino recorrido (incluido el pasar por las afueras de Auckland atravesando la SH1) para llegar hasta la península de Coromandel, nuestra próxima parada. Es por esto que gran parte de la gente que pasa pocos días en la isla norte no llega hasta arriba del todo, hasta el cabo, pues sólo entre ir y volver y saliendo desde Auckland, te lleva perfectamente unos dos días. Pero nosotros podemos decir que si puedes y el tiempo te lo permite, sí que merece la pena. Es un paisaje y un entorno completamente diferente al resto del país.

Ya subidos en la furgoneta ponemos rumbo hacia Auckland, para desde allí, dirigirnos a la costa noroccidental de la isla norte, donde se encuentra la península de Coromandel. Cuando pasamos por las afueras de Auckland ya estaba anocheciendo. Una hora más tarde y ya metidos en la autovía 25 que llega hasta la península, buscamos un camping donde pasar la noche. Por cierto el único camping en el que estaríamos en todo nuestro viaje por ambas islas.



El camping en el que pasamos la noche estaba en Miranda, un pueblecito no muy lejos de Thames, en la región de Waikato. Desde allí sería muy fácil al día siguiente llegar hasta Coromandel, pues Thames es el pico de esta península y la salida natural para llegar allí.











Próxima entrada: Coromandel. Opito Bay y Hot Water Beach.

12 de abril de 2013

De camino a Cape Reinga. Bay of Islands y Russell.

La ciudad de Auckland ya quedaba bastante lejos. Después de pasar la noche en los alrededores de Whangarei, el día se nos presentaba como el primer contacto directo con la naturaleza y los paisajes neozelandeses. 

En nuestro camino hacia el Cabo Reinga en la punta noroccidental, en el extremo norte de Nueva Zelanda, y muy cerca de esta ciudad (Whangarei), se encuentra una de las cataratas más fotografiadas del país. Con un salto de agua de unos 25 metros y rodeada de árboles y vegetación, merece la pena el acercarse hasta allí dando un bonito paseo que dura unos 20 minutos.

Whangarei Falls. Northland. Nueva Zelanda

Whangarei Falls




Whangarei Falls
Alrededores de la catarata de Whangarei

De allí continuamos nuestro camino por la SH1 dirección norte pasando por el pueblo de Kawakawa (me encantan los nombres maoríes...jeje) Este pueblo es una parada que, si bien no diría yo tanto como obligatoria, viene bien para hacer un alto en el camino, estirar las piernas y al mismo tiempo que visitas al señor Roca, ver lo más característico de esta localidad y por lo que en algunas guías sale como un punto de interés. Sí señores, sus conocidos lavabos públicos. Obra del artista Friedensreich Hundertwasser (intenta repetirlo de memoria) tienen un aire a Gaudí fácilmente reconocible.

Aseos públicos en Kawakawa




... y más

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...