20 de mayo de 2012

Bangkok IV. Últimas horas en la ciudad y susto en el aeropuerto de regalo

Nos bajamos del barco para ir andando hasta el barrio Chino o Yaowarat. Hay muchos barrios chinos en diferentes ciudades, pero yo creo que este es de los más auténticos, es como una pequeña ciudad de 2 kilómetros cuadrados independiente del resto, con los rótulos de las tiendas en chino, con productos de todas las clases típicos de la gastronomía china, etc. 


Chinatown o Yaowarat

 
¡Al rico gusano oiga!
Por allí te encuentras más y más tiendas, puestos de comida, de la que ya conocíamos y de otros tipos. Nos recorrimos todos los puestos echando un vistazo al que mejor pinta tenía para elegir dónde cenaríamos luego. Después de recorrer todas sus calles y ver desde puestos de gusanos y saltamontes, hasta sopa de aleta de tiburón, pasando por patos asados y mariscos, volvimos a unos de los puestos que habíamos visto al principio que estaba lleno de gente y donde había un cocinero derrochando arte y sudor cocinando con 3 fuegos a la vez.

No nos equivocamos porque fue la mejor cena de todas las que disfrutamos allí en Bangkok. Esta deliciosa cena también nos sirvió para empezar a despedirnos de la ciudad, ya que faltaban muy pocas horas para continuar con el viaje dirección Sydney.
Al día siguiente, al ser sábado, tuvimos la suerte de poder ir al mercado de Chatuchak, el más grande del mundo al aire libre.
"La última cena" en Bangkok

Cogimos el metro en Hua Lampong y llegamos hasta la misma entrada del mercado, que se encuentra a pocos metros de la salida del metro en la parada con el mismo nombre, Chatuchak.
Allí te encuentras con decenas y decenas de puestos diferentes, que con la ayuda de un mapa donde figuran qué tipos hay en cada zona, pasamos nuestras últimas horas en Bangkok. Las tiendas de ropa, tanto usada como nueva, eran incontables.

Todo parecía un laberinto. También puedes encontrar animales, instrumentos de música, muebles y artículos de decoración, por supuesto comida, y muchas cosas más.

Plano del mercado de Chatuchak (Bangkok)
No pudimos dedicarle tanto tiempo como nos hubiera gustado ya que sobre las 3 de la tarde teníamos que volver a coger el mismo metro, que nos dejaba en Hua Lampong y a 5 minutos del hostel, para poder llegar al aeropuerto a tiempo.

Cogimos las mochilas y casi en la misma puerta del hostel vimos a otra pareja que acababa de salir también y le preguntamos si iban al aeropuerto. Nos contestaron que sí, así que le dijimos que si querían podíamos ir los 4 en un taxi y compartir los gastos.

Thaiboxing. Chatuchak
Un rato más tarde llegábamos al aeropuerto, terminal internacional.
Todavía faltaban un par de horas para que saliera el avión, y menos mal, porque en el mostrador de facturación cuando estábamos enseñando el pasaporte y el visado para entrar en Australia, el chico tardaba mucho en devolvernos los papeles. Yo pensé, -Por favor que no haya ningún problema...-  El mismo chico llamó a otra mujer que parecía ser la jefa o algo así, y cuando le preguntamos si había algún problema nos dijo que había un error en el nombre del visado de Eduardo. La sangre se me bajó a los pies por unos segundos, pero enseguida ella, muy amable, nos dijo que llamaría por teléfono al aeropuerto de Sydney para cambiar y poner los datos correctamente.

El problema era que sólo aparecía el primer apellido, cuando debían aparecer los dos. Y por si acaso teníamos algún problema a la entrada en Australia, (ya se sabe cómo se las gastan allí :D) nos dijo que lo mejor era solventar el problema antes de llegar. Tan sólo 20 o 25 minutos más tarde la chica nos dijo que ya estaba el problema resuelto, y más tranquilos, sólo faltaba esperar unas pocas horas para pisar suelo australiano. Próxima parada ¡Sydney!

1 comentario:

  1. Mejor no tener demasiado tiempo para las compras. A mí me duele luego la cabeza si me paso el día entero recorriendo puestos y al final no compras tanto como para justificar el tiempo invertido.

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