9 de mayo de 2012

Bangkok. II parte.

Al día siguiente salimos temprano del hostel con las típicas ganas de ver muchas cosas. Lo primero que queríamos era coger un aqua-taxi o taxi de agua, que nos llevara hasta la zona donde se encuentran algunos de los budas más importantes y el Gran Palacio, para poder desde allí patear toda esa parte de la ciudad. 

La calle donde está el YHA Chilli Bangkok
Nada más salir del hostel, en la calle principal, un hombre bien vestido se paró amablemente para preguntarnos si nos podía ayudar en algo y nos hizo varias preguntas, lo que luego bauticé como "el clásico interrogatorio bangkokiano", que consta de 3 preguntas: 
¿De dónde sois?, ¿cuánto tiempo vais a estar aquí? Y después de Bangkok, ¿dónde vais? 

Ahora entendemos que todas esas preguntas tienen un por qué, pues dependiendo de donde vengas, el tiempo que vayas a estar por allí y adonde vayas luego, saben el tipo de turista que eres y por donde pueden entrarte, o en otras palabras, cuanto dinero estás dispuesto a gastarte. Nada extraño, por otra parte.
Entre otras cosas nos contó que trabajaba en la embajada y que había estado viviendo en Valencia. Nos aconsejó coger los tuk-tuk de color azul porque según él eran los mejores, eran como los “oficiales” y también nos recomendó, después de que nosotros le hubiéramos contado que nuestra intención era la de coger un aqua-taxi por el río, no coger ese tipo de taxi y mejor pagar por uno privado. Nos decía que era lo mejor porque nos llevaría solo a nosotros y porque haríamos un recorrido diferente.


A nosotros la verdad es que no nos interesaba mucho lo que decía, porque no queríamos hacer ese tour en taxi por el río y menos nosotros solos. Preferíamos coger el taxi público que era más barato y además porque ya sabíamos la ruta que teníamos que hacer para llegar luego a la zona de los budas y el Gran Palacio.
Pero cuando de verdad nos dimos cuenta de que no nos estaba siendo precisamente de gran ayuda fue cuando nos dijo que el taxi privado nos costaría 1800 bahts (unos 38 euros al cambio!!!) seguido de un “eso para vosotros no es mucho dinero, yo lo sé” Con esto tuvimos aún más claro que no nos interesaba y que no era tampoco el mejor de los consejos, pues el viaje en el aqua-taxi público nos costaba a los dos unos 30 bahts (0,75 euros). Si vas a Bangkok, te acabarás dando cuenta de que amigos como este te salen por todas partes. En la mayoría de ocasiones no van con mala fe, simplemente quieren que te dejes la pasta en su país.

Le dimos las gracias por la información, sin decirle claramente que no lo haríamos, pero en menos de un segundo paró a un tuk-tuk, intercambió unas palabras con el conductor y nos dijo que le diéramos al llegar sólo 10 bahts, que él nos llevaría hasta la zona desde donde salían ese tipo de taxis privados tan "buenos". Como en el fondo nos venía bien llegar hasta esa zona, porque cerca de allí salía el taxi de río que nosotros queríamos coger, nos montamos.
Después de un paseo muy divertido en tuk-tuk entre puestos de comida y calles estrechas a toda velocidad, donde parecía que estuviéramos huyendo de algo, llegamos a un embarcadero donde había una mujer dispuesta ya a cobrarnos. Se notaba que el conductor y ella iban a comisión. Pero le dijimos que primero nos daríamos una vuelta para tomar algo, que no teníamos prisa y que como ya sabíamos donde se encontraba, nos pasaríamos mas tarde. A ella no le hizo mucha gracia porque sabía que no íbamos a volver, pero qué otra cosa podía hacer.


Río Chao Phraya

Al final, unas calles más adelante, pudimos coger el aqua-taxi que queríamos. El paseo por el río Chao Phraya hasta llegar a la zona del Gran Palacio está muuuy bien. Es rápido, económico, no pasas calor y vas viendo palacios, hoteles y casas a un lado y a otro del río, mientras se va mezclando lo antiguo y lo moderno. 

Lo cogimos en la parada 1 y nos bajamos en la  8.
Desde allí se llega en menos de 5 minutos al Buda recostado o reclinado (Templo Wat Pho) y al Gran Palacio. Por aquella zona pasamos toda la mañana viendo tiendas, monumentos, puestos de comida, palacetes, etc.

Una vez en el Gran Palacio vimos los jardines exteriores, que son de libre acceso y gratuitos, pero no llegamos a entrar porque había que hacer una cola larguísima y preferíamos aprovechar el tiempo en ver más cosas, así que nos fuimos directamente a ver el Buda recostado. 


El Gran Palacio


Por cierto, gran parte de la cola era para conseguir algún pantalón largo o pareo (que allí mismo te prestan gratuitamente si no lo llevas) porque no está permitido entrar en pantalón corto, así que te recomiendo llevar algo para ponerte al llegar y ahorrarte esa cola.



A unos minutos andando desde el Gran Palacio se encuentra el templo más antiguo de la ciudad, llamado Wat Pho. La entrada cuesta unos 100 bahts por persona, pero antes de llegar a la sala donde se encuentra el propio buda hay un montón de jardines en el exterior hechos con azulejos al estilo tailandés, además de otros rincones y salas muy curiosas.






Para poder entrar a la sala principal donde se encuentra el buda debes ir descalzo, y una vez dentro, la verdad es que te impresiona y capta tu atención al instante, todo bañado en oro y tan grande, con casi 50 metros de largo y 15 de alto. Mereció la pena visitarlo.


Pero fue después de visitar esa zona, cuando vendría lo que ha sido una de las anécdotas de nuestro viaje por Bangkok....

TO BE CONTINUED

No hay comentarios:

Publicar un comentario

... y más

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...