23 de mayo de 2012

1º día en Australia. "This is Sydney"

Aeropuerto Internacional Kingsford Smith. Sydney. Google images
El domingo 26 de febrero de 2012 será un día que recordaré siempre, toda mi vida. La verdad es que sin llegar a ser consciente al 100% en ese momento, en una mezcla de cansancio y normalidad, llegamos al aeropuerto internacional de Sydney Kingsford Smith sobre las 7 de la mañana. Uno de mis mayores deseos se estaba cumpliendo en ese mismo instante. Y todavía ahora, mientras voy escribiendo estas líneas, se me encoge un poco el estómago al recordar esa magnífica sensación que te invade cuando consigues realizar uno de tus sueños. 

Con la tarjeta del departamento de inmigración y el pasaporte en la mano, estábamos preparados para atravesar ese tan temido control de aduanas australiano, y que tan de moda está últimamente gracias a un programa de televisión. Todo el mundo cuando se enteraba de que íbamos a viajar a Australia nos decía lo mismo: -Pues tened cuidado en la aduana, no veas como se las gastan allí, ¿es que no habéis visto el programa?- Nosotros no teníamos ni idea de cuál era ese programa. Veníamos de estar un año en Inglaterra y sin tele. Aún así, y aunque no llevábamos nada ilegal o prohibido, queríamos pasarlo cuanto antes.

Pasamos el control sin ningún problema y una vez cruzamos la puerta "Nothing to declare" ya estábamos en suelo australiano. Nuestro amigo que vive allí desde hace más de 1 año no podía alojarnos los primeros días por algunos problemas, así que lo primero que teníamos que hacer era buscar una conexión a internet y reservar habitación en algún sitio. Vimos un Mac Donalds en la terminal y acostumbrados a que tengan Wi-Fi para clientes, nos fuimos de cabeza a pedir algo y aprovechar para conectarnos allí mismo. Pedimos un café Frappé, que era el café más barato que había y al intentar conectarnos, meeeeeeeccccc, error. No tenía Wi-Fi. 


Nos acabamos conectando a uno de esos ordenadores que hay en los aeropuertos que funcionan con monedas. Buscamos un hostel y comprobamos si tenía buenas críticas entre los viajeros en foros y páginas de internet antes de hacer la reserva. El elegido fue "Eva's Backpackers" pero había que llegar antes a la ciudad. Lo más económico era el tren, pero como no sabíamos exactamente cómo de cerca estaría de nuestro alojamiento nos decidimos por coger un taxi. 

Allí el tema de los taxis en el aeropuerto está muy regulado. Se colocan estrictamente en el orden en el que han ido llegando a la terminal y es otra persona la que hace de intermediario entre el conductor y tú, pues a los mismos conductores les está prohibido hablar o negociar el precio con los clientes. Existe una única tarifa y es igual para todos ellos. Le preguntamos el precio al señor que se encargaba de asignar el taxi y nos dijo 30 dólares. No parecía un mal precio después de todo, y pensamos que era lo mejor.

La sorpresa fue al llegar al destino. Cuando le iba a pagar al taxista con los 30 dólares que tenía preparados, nos dice que son 47 dólares, no 30. Le decimos que eso no es lo que nos había dicho en el aeropuerto el otro señor y él dice que hay que sumarle los gastos de peaje en la autopista. Que eso es aparte siempre. Yo le digo entonces que eso hay que decirlo antes, pero él sólo termina por decir con una sonrisa de indiferencia. -Sydney is expensive...you know-. Con mal rollo y sin ganas de discutir, le pagamos y ya está.

Sólo había pasado una hora desde que habíamos llegado a Australia y ya nos habíamos gastado más que en toda nuestra estancia en Bangkok dos días. Fue un golpe mental bastante duro que nos hizo pensar que todo aquello era otra historia y que por si nos habíamos olvidado, estábamos en Sydney, una de las ciudades más caras del mundo. 

  • Resumen de la 1º hora en Sydney:
- Café Frappé en un Mac Donalds (para conectarnos a internet, que encima no tenía): 4,75 dólares.
- Conectarnos a internet 20 minutos en un ordenador del aeropuerto: 2 dólares.
- Taxi desde el aeropuerto al hostel: 47 doláres.
- Pagar por una noche en el Eva’s backpackers: 64 dólares.
Total: 117,75 dólares australianos (98 euros)

Fue un momento Mastercard. Llegar a Sydney, que te sableen en menos de una hora, que te venga la regla y te salga una fiebre en la nariz de regalo como me pasó a mí, no tiene precio. :)


Cocina del hostel

El edificio de Eva's Backpackers. Cortesía CaliumF.

Nuestro hostel, "Eva's backpackers", estaba por la zona de King Cross. Donde en una calle te puedes encontrar casas chulísimas y restaurantes muy caros, y justamente en la paralela a esa, yonquis y borrachos. Unos y otros están ahí, sin malos rollos ni nada, tan ricamente. Y en el fondo todo era bastante tranquilo. Aunque a mi me daba bastante pena ver a algunos de ellos tirados en la acera intentando dormir o pasando el día como podían. 

También en King Cross estaba el supermercado Coles, el Mercadona australiano y a partir de ese momento, compañero inseparable de fatigas. Hicimos nuestras primeras compras para cocinar allí en la cocina del hostel, que estaba muy bien. Los trabajadores eran muy amables, el cuarto de baño estaba super limpio y tenía barbacoa en la terraza e internet incluido. En Sydney no encontramos ningún backpacker por menos de 50 dólares la noche y los que vimos daban pena. Este era sólo un poco más caro y valía lo que costaba.

El supermercado Coles en King Cross Street
Por la tarde salimos a explorar un poco más la zona y conocer un poco el barrio. Nos dimos una vuelta hasta llegar al Woolloomoolloo que se encuentra junto al puerto al este de la ciudad, donde vimos la casa de Russell Crowe y empezamos a flipar con las casitas y barquitos de la gente. Más tarde, cuando nuestro amigo salió del trabajo, nos vino a recoger en su coche y nos dimos una vuelta por el centro. Luego fuimos a su apartamento y pasamos allí la tarde con él, su novia y su padre, que también había venido desde España de visita y que estaba pasando sus últimos días en la ciudad. 

Después de hablar un buen rato, contarnos todo lo que no nos habíamos podido contar, pegarnos unas risas y hablar acerca de lo que haríamos en los próximos días, nos fuimos directamente a dormir al hostel. Compartíamos la habitación con una chica de Nueva Zelanda muy simpática que nos contó los días que llevaba en la ciudad, lo que más le había gustado y lo que le quedaba por hacer. 
Con mucho sueño y con la idea en la cabeza de empezar a descubrir de verdad Sydney al día siguiente, nos quedamos dormidos enseguida. 

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Nuestra primera compra, para el que quiera echar cuentas de cuánto cuestan por allí las cosas, fue: 

  • -1 barra de pan, 3 dólares (2,5 euros)
  • -1 paquete de tranchetes, 3 dólares (2,5 euros)
  • -Jamon york (200 gramos) 3 dólares (2,5 euros)
  • -2 manzanas, 1 dólar (0,83 euros) 
  • -Botella de agua (1,5 l.) 1,35 dólares (1,12 euros)
Y todo de marca blanca tirando a "transparente".
Y si te vas a marcas conocidas, ya puedes multiplicar por dos el precio tranquilamente ;D

¿Qué te parecen estos precios? Que son caros? o que no es para tanto.

3 comentarios:

  1. Genial la entrada, me ha recordado a cuando fui a Australia, el cansancio al llegar a Sydney y cumplir uno de mis sueños... La primera semana no conseguimos hacernos al horario por lo que conocimos mejor Sydney de noche que de día, que tampoco está nada mal. Estuve hace 10 años, flipo con los precios que pones, entonces era bastante más barato que España...

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  2. @VALERIA (QUIEROVERMUNDO)
    Muchas gracias Valeria por tu comentario, me alegra que te haya gustado y recordado a cuando estuviste tú. La verdad es que flipamos con los precios, ;D pero cuando te acuerdas de que allí tienen un sueldo que es 3 veces mayor que el que tenemos nosotros...ya lo ves un poco más lógico.
    Un saludo!

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  3. Qué envidia! Con las ganas que tengo yo de ir a Australia!

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